jueves, 23 de abril de 2009

Encarna la Rubia y Paco Picón


Encarna la Rubia y Paco Picón

Al estar, como es normal, cumpliendo años, y cada vez más rápidos, si eres de vivir, a Dios gracias, vas recibiendo los sinsabores o alegrías de los aconteceres que a tu pueblo le van surgiendo...
Cada vez te faltan más familiares y amigos, ya que se marcharon (nunca mejor dicho) a otro mundo mejor... cuando palpas este tema tristemente, es cuando subes al cementerio y comienzas a visitar a tantos y tantos conocidos de toda tu vida...
En mi querido pueblo, por desgracia, van faltando cada vez más, que por suerte o desgracia aun podemos contarlo los que aun vamos sobre la tierra, casi a rastras ya.
Este simpático matrimonio como lo hacían Encarna la “Rubia” y paco Picón, eran la alegría de La Molineta. Ella, natural del Puerto, muy rubia, de allí le vino el sobrenombre de “La Rubia” mujerona, bien hecha, siempre con la sonrisa permanente y muchas ganas de vivir, luchar, reír, trabajar para su hermosa familia que habían creado, entre los dos, su querido Paco y ella...
Como toda la juventud le pasa ¡ilusiones y vitalidad! Ella era así. Paco, su marido, buenísima persona, como todos los hermanos picones, ere muy boniquillo y piepireto... alegre a cual más, sencillo y trabajador incansable. Creo eren seis hermanos, Santiago, Paca, Andrés, Pedro, Luís y Paco, tuve el gustazo de conocerlos y tratarlos a todos, a lo largo de la trayectoria de mi vida en mi pueblo. Pescadores todos, teniendo magnificas embarcaciones, ya que eran auténticos expertos en el arte de la mar. Algunos ya están muertos y otros tienen la suerte de seguir con vida...
Encarna, era hija única, mujer de aquellos tiempos, nada más que luchar por los suyos incansablemente. Tuvieron cuatro hijos; Dami, Pepa, Encarna y Andrés, algunos fueron al colegio con mis hijos y jugaban juntos a miles de juegos, recorriendo calles, plazas, playas y el sencillo paseo de entonces. Eran buenos crios, los niños todos son inocentes y alegres, después la vida te va revolviendo a placer y a veces nos va transformando a su antojo. Los aprecio un montón palabra actual de hoy.... y cuando me los encuentro en cualquier parte me alegra muchísimo. Son las gentes de mi pueblo, con las que he convivido.
Una oración para sus padres, que nos dejaron, siendo aun muy jóvenes.
Saludos a sus hermosos hijos, desde este nuestro periódico. Os aprecia. Concha.

Van trascurriendo los días
En Puerto de Mazarrón
Pasa una generación
Con recuerdos de alegría
Y regusto de poesía
Otra vez vuelve el color
Inundando el corazón
Otras gentes han nacido
Alegrando lo vivido
En esta tierra de sol

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