viernes, 24 de abril de 2009

La celebridad del "Pancho"


La celebridad del “Pancho”

Antonio “El Pancho” mi apreciado amigo… ha sido siempre en nuestro pueblo una de las personas más queridas por todo el mundo, por su honradez, simpatía, buen corazón, sencillez y ¿gracia! Sobre todo en épocas carnavaleras, aquello nunca lo vamos a olvidar. Se unían un montón de amigos y amigas y aquello era la “monda”. Todo lo bueno lo heredó de sus buenos y sencillos padres, ya hable hablé una vez de ellos en mis relatos, no me importaría repetirlo…
Todo esto viene a esta tarde de junio, al pasar por su puerta, la he visto cuajada de San Pedros de todos los colores, les nacen salvajes por todos los rincones o recovecos de sus viejas tapias, a la vez se veían en el interior del patio, miles de flores, macetas aquí, macetas allí, siempre le gustaron mucho y ha tenido sumo gusto de toda su vida para cuidarlas.
No se si ahora está en su coquetona casita blanca, por estar delicado de salud, sus sobrinos se lo llevaron a vivir con ellos en El Alamillo…
Me parece que vuelve a su hogar todos los días a dar una vuelta y a sentirse feliz con sus montones de recuerdos familiares, la tía “Pancha”! y el tío “Pancho”, su padre ¡estupendo!, aquellas nobles gentes que han pasado por nuestra tierra, poco a poco nos vamos quedando sin ellos…
Antonio estuvo casi toda su vida en el horno de Alfonso del pan trabajando de panadero y haciendo reír al público que entraba y salía a comprar el pan con sus chirigotas y gracias.
Alfonso era también un hombre muy gracioso y chascarrillero, al igual que su esposa Isabel. Casi todas las gentes de Bolnuevo le compraban a él el pan.
El “Pancho estuvo enrolado en la pesquera después de esta trayectoria, hasta su jubilación. Han pasado muchos años, ha ido perdiendo a sus familiares, las cosas nunca serán como antes, se ha convertido en un anciano, aunque de aspecto ¡esta estupendo! ¡Antonio, me alegro de haberte conocido y ojala nos sigamos viendo muchos años más…

Mi amigo Pancho venia
Muy feliz a trabajar
A su encantador hogar
Y su madre le ponía
La mesa con alegría
Comida caliente y pan
Y un cariño maternal
Por que así era la Dolores
De las madres ¡las mejores
Rebosando de bondad…

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